Después del impacto causado por el cierre de Megaupload, el panorama de las descargas directas ha cambiado drásticamente. Las compañías que operan estos servicios se encuentran ahora en una posición defensiva, mientras que la sombra de la "justicia" continúa persiguiéndolas.
Rapidshare, por ejemplo, ha dejado atrás la práctica de premiar a los usuarios que compartían contenido descargado por terceros. A pesar de ello, tras el cierre de Megaupload, muchos uploaders recurrieron a Rapidshare como alternativa, lo que resultó en un aumento del tráfico del servicio en un 40%.
Sin embargo, la respuesta de Rapidshare no se hizo esperar. La velocidad de descarga para usuarios no premium fue limitada, casi haciendo que el servicio fuera inutilizable para todos. Además, la empresa decidió bloquear la indexación de sus contenidos por parte de Google.
Ahora, la justicia alemana ha ordenado a Rapidshare tomar medidas adicionales: verificar y, si es necesario, filtrar todo el material cargado por los usuarios para garantizar el cumplimiento de los derechos de autor.
Esta medida, originada a raíz de una reclamación de la asociación de músicos y compositores GEMA en 2009, podría tener un impacto significativo en el contenido del servicio. Aunque inicialmente se centrará en el material reclamado por GEMA, el proceso de verificación podría afectar a cualquier otro contenido con derechos de autor.
El futuro de las descargas directas está en juego, y Rapidshare se encuentra en el centro de esta batalla legal.
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