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La firma británica GlaxoSmithKline ha sido ordenada a pagar una compensación de 166 mil libras esterlinas a Didier Jambart, quien asegura haber experimentado transformaciones drásticas en su vida después de tomar las pastillas Glaxo ReQuip, destinadas a aliviar los síntomas del párkinson.
Jambart, un hombre de 52 años, afirma que el medicamento no solo no cumplió su propósito terapéutico, sino que le ocasionó efectos secundarios devastadores. Entre ellos, asegura que se volvió adicto al sexo, comenzó a travestirse y exhibirse en Internet, vendió los juguetes de su hijo para financiar sus apuestas, e incluso sufrió intentos de suicidio.
La corte de Nantes había ordenado inicialmente una compensación de 100 mil libras, pero tras una apelación, la corte de Rennes decidió aumentar la indemnización a 166 mil libras, reconociendo así el sufrimiento y las pérdidas económicas y emocionales causadas por los efectos adversos del medicamento.
En su testimonio, Jambart relató cómo el aumento de la dosis del medicamento provocó una espiral de comportamientos compulsivos y adictivos, lo que lo llevó a perder el control sobre su vida y su salud mental.
Los efectos secundarios de los medicamentos, especialmente en tratamientos crónicos como el párkinson, son motivo de preocupación y este caso destaca la importancia de una adecuada evaluación y seguimiento médico durante el tratamiento.
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