Investigadores de la Universidad de Bristol y del Laboratorio de Robótica de Bristol en el suroeste de Inglaterra han desarrollado celdas de combustible microbiana (CCM) que convierten la orina en electricidad, suficiente para cargar un teléfono móvil.
Una CCM es un dispositivo en el cual la energía química de un compuesto, típicamente glucosa, acetato u otras formas de materia orgánica disuelta, es convertida a energía eléctrica mediante la acción bacteriana. La bacteria más utilizada para este proceso es la Genobacter Sulfurreducens un microorganismo que vive en los entornos marinos y lechos de ríos donde no hay oxígeno.
Los estudiosos de las universidades de Bristol, del Oeste de Inglaterra y del Laboratorio de Robótica de Bristol precisaron que con la energía que consiguieron pudieron enviar mensajes de texto, utilizar la red de internet y realizar una breve llamada.
“Utilizar un producto de desecho como fuente de electricidad es notable. Estamos muy entusiasmados porque se trata de la primera vez que se consigue esto”, dijo Ioannis Ieropoulos, investigador del equipo.
Afirmaron, que la tecnología de las pilas a combustible microbiano permitir producir electricidad directamente por la degradación de materia orgánica.
Los científicos dijeron que esta forma de generar energía forma parte del desarrollo de combustibles de muy bajo costo o inclusive gratuitos.
“Hacer una llamada es la operación que exige más energía de un teléfono, pero llegaremos al punto en que podamos cargar la batería para períodos largos”, dijo Ieropoulos.